jueves, 14 de enero de 2010

La destrucción del único país consagrado oficialmente a Satanás

Sin ánimo de querer interpretar los designios de Dios (en la tradición jurídica inglesa los terremotos, inundaciones, erupciones volcánicas, etc. se llaman "actos de Dios"), nos parece interesantísimo lo que los foristas "Malcuntent" y "UbiChristus" recordaron en el Foro Santo Tomás Moro respecto a Haití.

Durante el gobierno de Aristide, por decreto, en abril de 2003, se reconoció al vudú como religión de pleno derecho. Como dice una biografía de aquel presidente haitiano, Haití es "un país del que muchas veces se ha dicho, medio en serio, medio en broma, que es 'un 80% católico y un 100% vudista'". Y nos consta que esta situación es ampliamente tolerada por el clero católico haitiano -- tal como sucede localmente con nuestros sacerdotes indigenistas (las estolas con motivos 'prehispánicos' son un clásico), gauchitogilistas (en pleno santuario de Itatí se venden cintas coloradas), difuntacorreístas, etc. La cuestión es que, en agosto de ese mismo año, el presidente Aristide, quiso renovar oficialmente el legendario pacto diabólico que habría sido celebrado doscientos años antes por el libertador haitiano Toussaint L'Ouverture.

Sea lo que sea, como dice "Malcuntent", lo que está claro es que
De Dios no se rie nadie.
Creo que hay poco más que decir.

NB: Esta entrada en modo alguno asume la postura categórica del televangelista y masón estadounidense Pat Robertson a este respecto; una cosa es intentar interpretar los signos (Mt. 16) y otra muy distinta hacer juicios temerarios.




Lacrimosa dies illa
(Gentileza: Telegraph.co.uk)


 

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